28/10/09

Revista Gente - LA GALA ANIVERSARIO


GENTE cumplió 44 años y los festejó con una gran gala en la exclusiva Mansión del hotel Four Seasons. Los invitados fueron treinta jóvenes actores y actrices consagrados a través de la tele, el teatro y el cine. El look de las diosas y los galanes elegidos por el público. Toda la intimidad y los secretos de una noche increíble.


En esta ocasión, la Mansión del hotel Four Seasons reunió a treinta actores y actrices, jóvenes y consagrados. Este es el detrás de escena de la noche y las perlitas que –por ahora– las cámaras fotográficas no pueden tomar. Secretos. Frases dichas al oído. Los momentos más picantes de una noche única, glamorosa y divertida…
CONFESIONES DE MUJERES DE 30. En uno de los grupos que se formaron en la fiesta, tres mujeres conversaban animadamente acerca de los atributos más importantes de sus cuerpos… y todas coincidían: “Nosotras venimos muy bien de atrás”. “Pero la cola más linda la tiene Siciliani”, apostó Natalia Oreiro. “Tiene un c… tremendo”, se jugó Carla Peterson. “Ay, vos decís eso porque me querés como una hermana”, contestó Griselda. Y fue más lejos: “Además, el día que se me caiga todo esto… ¡¿cómo lo levanto?!”. La solución llegó desde el Uruguay: “Mirá, mi mamá viajó a Brasil y trajo unas bombachas con cachete que te rellenan la cola cuando se te cae. ¡Te lo juro, te garantizan el culito parado de por vida!”, completó Nati, y todas rieron. “Igual, mamá tiene una cola hermosa”, finalizó. De tal palo…
SU CUORE TIENE DUEÑO. Hablando de mujeres hermosas, a más de un actor se le fue la vista siguiendo el corte del vestido de Isabel Macedo, bien –pero bien– ajustado a su silueta. La Chava cuenta que desde hace un tiempo se liberó y se siente súper, mental y físicamente. “Estoy muy feliz, con muchas pilas. Hacía tiempo que no me sentía tan bien. Hago ejercicios dos o tres veces por semana con mi personal trainer, Daniel Meaglia. Y yoga…”. También comentó que desde que dijo en GENTE que le gustan las piernas de los futbolistas, su teléfono no para de sonar. “¡Me llamó hasta el entrenador de mi sobrino!”, contó riendo. Entonces le preguntaron si la clave para verse tan linda era el yoga. “¡No, la clave es que estoy muy bien atendida!”, respondió. ¿Hace falta agregar algo más?
EL CHICO DEL MOMENTO. Sin dudas, Gonzalo Heredia fue el soltero más codiciado de la fiesta. El sex symbol de Valientes estuvo gran parte de la noche con su celular en mano, mandando y recibiendo mensajes de texto. Dicen que los SMS eran para una chica Almodóvar que lo vigila de cerca. Pero también tuvo tiempo para conversar con las mujeres más lindas de la gala. Por ejemplo, con Natalia Oreiro. Pero las que más cerca estuvieron de él fueron sus dos compañeras de Valientes, Marcela Kloosterboer y María Eugenia Tobal.
COMO ME VOY A OLVIDAR. No hay dudas de que los treinta invitados a esta gala ya son jóvenes consagrados. Pero antes de llegar a la cúspide de sus carreras tuvieron que remarla. Y mucho. Empecemos por Mike Amigorena: “Fui promotor de Hush Puppies… ¡vestido de perro y todo! ¿Cuál era la parte buena? Que venían las promotoras y me abanicaban… También hice una propaganda de Bardahl, pero se me veía sólo la espalda. Trabajos pedorros tuve miles, pero no me dan vergüenza”. ¿Qué dice su chica? Peterson dixit: “Mike puede haber trabajado en cualquier cosa… ¡Si es un ridículo!”. Pero ella también tuvo lo suyo: “Antes de ser actriz hice un curso de azafata… ¡que nunca aprobé, ja!”. Julieta Díaz, en cambio, tiene una cinta que desearía que desapareciera: “Hice un video de Maná bastante zarpado. Y, la verdad, ¡podría vivir sin eso perfectamente!”. A Nico Vázquez le pasó algo parecido: “Cuando miro esos programas retrospectivos digo: ‘¡Que no agarren nada de lo que hice en Verano del 98...!’”. Griselda Siciliani también tiene lo suyo: “Cuando era más chica bailaba en fiestas privadas. A los 16 años hice una promoción de champagne: salía de adentro de un tubo disfrazada de botella y bailaba danza contemporánea. Era un bodrio, porque la danza no tenía nada que ver con el champagne”. La talentosa Elena Roger también recuerda sus comienzos remando desde abajo: “Siempre me he divertido muchísimo con todo lo que hice, pero lo más gracioso fue haber sido parte de una tribuna en un programa que se llamaba Telesuerte. Medio papelón, pero ahora me río”.
AHORA ES PAPITO. En la intimidad de una noche entre amigos hubo lugar para las confesiones familiares. “Ahora nos está costando adaptarnos con los horarios de trabajo de Paola. Por suerte, los martes y los jueves nos organizamos mejor. Ojo, más que el laburo, mi prioridad son ella y la nena”, reconoció Joaquín Furriel, quien en marzo se convirtió en papá de Eloísa, la primera hija de su relación con Paola Krum. Tanta prioridad le otorga a su familia que el galán resultó uno de los primeros en retirarse: “Me llamó Pao porque la nena tiene una línea de fiebre...”, justificó, y partió al encuentro de sus amores.
MEJOR NO HABLAR DE CIERTAS COSAS. Hay un cliché muy repetido entre las celebrities argentinas, y es el clásico: “No hablo de mi vida privada”. A tal punto que, usando esa respuesta, Luisana Lopilato no quiso aceptar su noviazgo con el cantante canadiense Michael Bublé delante de un periodista. ¿A esta altura de la relación hacía falta aceptar algo? Otra de perfil bajo es Natalia Oreiro, quien en su película Música en espera queda embarazada y tiene un bebé. La pregunta obligada: ¿Para cuándo en la vida real? “Ja, es cierto: en el cine fui mamá. Parece que el tema me llama… pero por ahora no”, contesta Nati. ¿Cómo está con Ricardo Mollo? Ella responde con un seco:“Bien”. Además, la uruguaya contó que siente una conexión muy profunda con la Pachamama y que le encanta sembrar plantitas en el campo que tiene con el músico de Divididos. “¿Dónde queda el campo? Acá no lo digo ni loca... ¡Está lleno de periodistas!”.
ME QUIERE, NO ME QUIERE… Chimento enigmático. A lo largo de la noche, Isabel Macedo se la pasó esquivando a un popular actor que hasta hace no mucho tiempo protagonizó una tira de teenagers. “A éste no me lo banco”, tiró la diosa apuntando al muchacho, amigo de su ex más popular. “Para colmo, en la foto de tapa estuvimos re cerca”, terminó. Otra situación, esta vez con nombre y apellido: a la hora del dance, Diego Ramos se tiró en un sillón para ver menearse a las muchachas más lindas de la fiesta, y recibió una invitación a bailar de Marcela Kloosterboer. ¿Quién se negaría a bailar con semejante diosa? El. Incluso se dio el lujo de rechazarla dos y tres veces. “Por lo visto, últimamente no me va muy bien con los hombres”, susurró alegre Marcela, que acaba de cortar con su novio.
EL DEBUT. “La primera vez que pisé un estudio de televisión tenía menos de 18 años. Mi debut en la tele fue bailando en Ritmo de la Noche”, acepta Carla Peterson. ¿Su primer beso? “Con Eric Grinberg, en Montaña Rusa, comiendo un pastel de papas. Debe haber quedado bien, porque no lo repetimos”. El primero de Inés Efrón fue bastante particular: “Con dos chicos a la vez…”. Eugenia Tobal contó que su primer bolo televisivo fue en Montaña Rusa. “Estaba con varias extras y con Gastón Pauls, que hacía de Alejandro, y de repente me tocó decir mi primeras líneas: ‘¿Con Yamila qué hacemos?’, le preguntaba yo. ¡Y fin de la escena...!”, recordó la rubia, una de las más observadas de la velada. Eleonora Wexler también recordó su primer beso en ficción: “Fue con Diego Torres; yo tenía 19 años. Esos son momentos mágicos, porque siempre me enamoro de alguno de mis galanes… ”, contó. Pero después explicó: “Eso sí, cuando se apaga la cámara se termina el hechizo, eh”. Pero la historia más desopilante quedó en boca de la sensual Mónica Antonópulos: “Mi primer casting fue a los diez años; hacía de la hija de Andrea Del Boca en una novela. Y para parecerme a ella, mi mamá, Lucy, que es peluquera, ¡me hizo la permanente! Igual, no quedé…”.
AUSENTES CON AVISO. Romina Gaetani fue una de las actrices que por compromisos laborales no pudo estar en la fiesta. Eran las once y media de la noche y aún continuaba filmando una de sus intervenciones en Botineras. Soledad Villamil estaba de gira. Leticia Brédice también se excusó, por estar filmando su próxima película. Después de haber estado presente en los últimos años, Federico D’Elía también falló por un viaje y Leo Sbaraglia por una causa más que noble: “Me tienen que disculpar, pero tengo que festejarle el cumpleaños a mi mujer”. Perdonados.
LOS GALANES TAMBIEN SUFREN. No quedan dudas de que Gonzalo Heredia fue uno de los grandes atractivos de la fiesta, pero el actor de Valientes no se sintió del todo cómodo en la noche. ¿Por el acoso de las mujeres? No, es que el morocho fanático de Vélez llegó a la gala con un herpes en la comisura derecha de su boca. “Me tendrían que hacer photoshop”, pidió coqueto. Y después contó el origen del mal que lo aquejaba: “Esto es genético, lo llevo en la sangre. Desde chico, cuando estoy un poco angustiado o nervioso me salen herpes”. Igual, el galán estuvo irresistible para cada mujer que se le acercó: se sacó fotos con todo el mundo.
GAJES DEL OFICIO. Tomás Fonzi es uno de los actores que prefieren desdramatizar las contras de la fama. “Es más: trae beneficios muy interesantes –decía–. ¿Un ejemplo? La falta de estructuras: podés dormir hasta cualquier hora”, tiró serio le petit acteur. Y concluyó explicando su compromiso con la profesión: “Me encanta mi trabajo, pero si mi cuenta bancaria me lo permitiera, me retiraría mañana mismo”. Flor Raggi es otra de las que explicaron su relación con la popularidad: “Con Nico logramos un perfil muy bajo. Disfruto el cariño de la gente: si tengo que ir a comprar algo no me ando escondiendo”. Pero el más relajado con su nuevo rol mediático fue Hernán Piquín: “Me encanta ser famoso: es lo que siempre soñé”. ¿Y Laura Novoa? “Cuando me hice pública le tenía fobia, pero la madurez me enseñó a disfrutar”. Mónica Ayos contó que estuvo cerca de pagar un alto precio por la fama: “El éxito es una trampa. En 2006, a Diego y a mí nos iba muy bien, pero la distancia casi nos lleva a separarnos. Por suerte, salimos adelante, y acá estamos”.

10/10/09

Los nuevos rojos de excellence


Isabel Macedo, Embajadora de Excellence Creme de L’Oréal Paris en Argentina, presta su imagen a esta nueva colección de Rojos Supremos, cambiando su color al nuevo Rojo Borgoña (tono 5.60).
" Siempre me tentó el rojo, pero no me animaba. Los nuevos rojos Supremos de Excellence Creme fueron la excusa perfecta. Me hice el rojo borgoña y estoy feliz. El color quedó muy lindo, eso que mi pelo es oscuro. Los rojos de Excellence te hacen sentir única… ¡probalos vos también!..”. Isabel Macedo.

7/10/09

Las 10 solteras más codiciadas de la Argentina

Susana Giménez (64) encabeza el podio de las solteras codiciadas. No sólo porque todavía están intactos en el recuerdo popular los 10 millones de dólares que, cenicero mediante, tuvo que cederle a su ex marido Huberto Roviralta , sino también porque parece que ella no puede estar sola. Y a la hora de elegir compañero de ruta, levanta al que hace dedo y, después de un rato, el agradecido pasajero se transforma en un monstruo de 8 cabezas, publicó perfil.com.

La lista sigue así:

2º: Juana Viale, una mujer bonita, rebelde y que no pide permiso

3º: Isabel Macedo,sexy, sin hijos, busca que la mimen.

4º: Paula Robles, bajo perfil y talentosa.

5º: Florencia Kirchner, hija del poder, cibernética y rebelde.

6º: Paula Bertol, influyente sin acartonamiento.

7º: Luciana Aimar, exitosa, líder y con un cuerpo atlético.

8º: Patricia Della Giovampaola, rigurosa, exigente y difícil de conquistar.

9º: Gisela Dulko, tenista y modelo, rubia irresistible.

10º: Zulemita Menem. Empresaria con iniciativa, tiene como contra un Edipo intacto.

Griselda & Carla en Gente

Quiero un amor de verdad. Le temo al reloj biológico. Huelo el fracaso de esta relación. Busco a alguien que me ame como quiero que me ame. Decime cuánto te importo. Incluime en algo de tu vida. No se puede morir de amor, pero hay amores que causan grandes malestares”. ¿Ficción o realidad? ¿Telenovela rosa o compromiso profundo? ¿Planteo adolescente o desesperación a los treinta? “Hay un poco de todo esto en la vida, pero en la obra Corazón idiota tocamos los extremos”, dice Carla Peterson (35), protagonista junto a Griselda Siciliani (31). Ambas saben actuar, cantar y bailar. Y, para satisfacción de ellas y del público, es difícil adivinar cuál fue el primer camino que llevó a los otros, porque no flaquean en ninguno.

Pero hagamos un poco de historia. La rubia y la morocha se conocieron durante las grabaciones de Sos mi vida, la exitosa tira de Pol-ka. Peterson era la Constanza cruel, y Siciliani, la tontuela prima Debi (novia del personaje que interpretaba el actor Mike Amigorena, el novio de Carla en la recientísima vida real). De tanto compartir camarín, pelucas y disparates, se hicieron amigas íntimas. Una amistad verdadera, con llamados a trasnoche, consuelos en piyamas y tragos al amanecer.

–¿Nunca compiten?
Griselda: Muchos actores encaran juntos proyectos independientes, pero es más habitual que se dé entre hombres. ¿Por qué será? (risas). Entre nosotras se dio una suerte de generosidad y de compañerismo que no es habitual entre dos mujeres con egos como los nuestros. Y... ¡somos arianas!
Carla: Siempre nos ayudamos, nos damos confianza y nos complementamos. En la vida y en el trabajo.
Griselda: Hago teatro desde los 18, pero cuando tengo la suerte de encontrar un amigo en un elenco me cambia el día, la semana, la temporada...
Carla: Sabemos desde qué lugar elegimos ser actrices y todo lo que pasamos para llegar.
Griselda: Es que el trabajo no es lo más importante… Yo disfruto del estrés laboral, sabiendo que después tengo mi descanso. Convengamos que no estoy cargando bolsas en el puerto: hago lo que me gusta. Y si trabajo mucho, significa que me está yendo bien.

–¿Están siempre pendientes una de la otra?
Carla: Hay momentos en que nos llamamos mucho…
Griselda: Ahora compartimos tres horas en el camarín, antes de la función. Cuando termina nos vamos a cenar. ¡Después de tres días quedamos tan agotadas que con los mensajes de texto alcanza y sobra!
Carla: Cuando tengo que tomar una decisión, a veces le pregunto qué opina. Un “¿qué te parece?” final…
Griselda: Alguna vez tuvimos algún “¡no, no, no, no hagas eso!”. ¡Menos mal!
Carla: En general, opinamos parecido. Vamos por caminos diferentes, pero hacia la misma dirección.
Griselda: En el trabajo le tuve que insistir bastante para que se animara a bailar y a cantar. Apenas la escuché, supe que cantaba súper bien.
Carla: Y a mí me dio mucho orgullo verla en La forma de las cosas, de Veronese, que era su primera obra de texto. Pero no todo es trabajar: también hacemos nuestras compritas. Y nos regalamos revistas… Disfrutamos de este tiempo de juventud, belleza y alegría. ¡Y de los bombones!
Griselda: ¡Merengues!
Carla: ¡Sex and the City! También nos juntamos por Palermo, nos visitamos en nuestras casas y sumamos a otras amigas que tenemos en común. ¡Por suerte nos tomamos vacaciones separadas!
Griselda: Ahora estamos pensando en una escapada de tres días. Hace falta cortar un poco con Buenos Aires.

–¿Escapan de las cámaras?
Carla: Trato de tomarme el revuelo mediático con humor. Ya aprendimos bastante y tenemos algunos dichos, como: “En la playa relajate, pero por las dudas siempre llevá una buena bikini”. Todavía me sorprende salir en las tapas de las revistas… Lo que más me cuesta es la historia que se arma alrededor. Pero tampoco puedo estar controlando todo.
Griselda: ¡Nunca vengo a la pileta del Faena a tomar sol con pulseras doradas! (muestra las que tiene puesta para la producción fotográfica)... Algo así pasa con la prensa. A veces, ahí tampoco estoy yo, sino lo que se cuenta de mí. Publican cuentos que se parecen a nuestras historias, así como nosotras nos parecemos un poco a las chicas del traje de baño y los vestidos escotados de esta nota...

–¿Se sintieron asediadas cuando se conocieron sus historias con Suar y con Amigorena?
Griselda: Nadie está asediado, excepto Maradona. Hace dos años que puedo decir que tengo un vínculo serio con Adrián. Cuando se supo me sentí expuesta, pero no puedo hablar de sufrimiento, como dicen algunas personas. La mayoría de los que de alguna manera estamos en el espectáculo, más que sufrir, tenemos que agradecer por todo lo bueno que nos pasa.

Fueron más de cinco meses de bailar, cantar y actuar, repetir escenas una y otra vez, y armar los perfiles de dos mujeres-amigas que buscan quien las ame como ellas quieren. Y parece que no son la excepción: jueves, viernes y sábados, la sala Pablo Neruda del complejo Paseo La Plaza rebosa de mujeres y hombres que parece estar muy de acuerdo con la propuesta de Corazón idiota. Después de un receso en diciembre, volverán con más funciones en la temporada 2010. “Es un espectáculo muy fuerte, que nos exige mucho físicamente, como todas las excelentes obras que escriben y dirigen Ana Frenkel, Carlos Casella y Daniel Cúparo”, aclara Peterson. “Armamos un equipo compacto, y en cada función actualizamos el lenguaje escénico: si es necesario, cada movimiento y cada línea pueden cambiar”, dice Siciliani.

–Las dos ya hicieron grandes éxitos de los llamados “comerciales”. ¿Por qué eligieron volver al under?
Griselda: Nadie te asegura nada. Siempre hay que hacer un salto. Después de cada función, sudada y desfigurada, la miro a Carla y a los otros actores (Fernando Tur, Leo Kreimer, Rakhal Herrero y Diego Rosental) y pienso: “¡Qué bueno que hicimos esta obra!”.
Carla: Necesitaba probarme. No quería quedar encasillada, ni esperar el llamado de una productora.

Griselda aceptó ser parte del elenco de Revista nacional, obra producida por Adrián Suar, en 2005. Al poco tiempo, el dueño de Pol-ka la invitó a ponerse en la piel de Flor, la secretaria del señor Nielsen, personaje que él interpretaría en la tira Sin código. “Novios, novios, recién hace dos años”, aclara la morocha. La rubia, en cambio, parece obviar las fechas. “Apenas nos estamos conociendo. No puedo ponerle un rótulo a algo que recién empieza”, explica Carla, justificando su intención de hablar más de ella que de Mike Amigorena, su reciente relación, luego de que terminaran Los Pells.

–¿Se imaginaban con parejas mediáticas?
Carla: Yo me convertí en alguien más público de lo que pensaba. Lo que pasó con Mike me sorprendió también a mí. Es muy reciente y todavía no lo puedo descifrar. El viene con su fama y sus cosas, y yo con las mías… No sabemos lo que puede pasar.

–Lo que sí se sabe es que son la pareja del momento…
Carla: Todo eso pasa…

–¿Y Griselda, la primera dama...?
Griselda: ¡Lo detesto! Esos titulares son incómodos, porque en realidad me siento mucho más que un rótulo, una palabra que inmediatamente me relaciona con otra persona. Y encima con Adrián, que no es presidente de nada…

–¿Y qué es Suar para vos?
Griselda: Es un compañero de trabajo del que me enamoré, como la cajera de un banco se puede enamorar del chico del escritorio de al lado.

–¿De qué se enamoraron?
Griselda: De lo cotidiano, de lo que compartimos todo el tiempo… Y, según el compañero, con el tiempo decidís si vale la pena bancarse la mochila que carga.
Carla: Hay cosas que todavía prefiero guardar para mí.

–¿Cómo son enamoradas?
Griselda: Mimosas…
Carla: Independientes queda mejor, Gri. Trato de tener una buena relación, de ser lo más cariñosa posible y de estar dispuesta a recibir ese cariño. No me gustaría llegar a mi casa y estar sola, triste y sin alguien con quien compartir las pavadas que me fueron pasando durante el día. Pienso en el futuro, en una familia y esas cosas…

–¿Cómo es Suar en la intimidad de la pareja?
Griselda: ¡Uyyyy! Adri es muy romántico, y yo también soy súper romántica. Además, es muy cariñoso… Pero yo más: soy muy pegotera. Por suerte, nos reímos mucho juntos: le festejo todo lo que dice, y él a mí.

–Veo que el humor es algo que te importa mucho.
Griselda: ¡Totalmente! Creo que el humor y la inteligencia son dos cosas muy importantes que debe tener un hombre para seducirme.

–Y vos, Carla, ¿podés decirnos algo de Mike? ¿Es tal cual se lo ve en la tele?
Carla: Sí, es una persona encantadora. Pero yo soy callada. No me gusta hablar de esto… Todavía me impresiona lo que produjo en la gente que fuéramos pareja… ¡Hasta llegaron a preguntarme si los besos que nos dimos en Los Pells eran de verdad!

–¿Acaso eran de mentira?
Carla: Ja, ja, ja... ¡Claro que eran de mentira.

–Pero supongo que algo te atrajo de él…
Carla: Mike me gustó cuando lo fui a ver cantar con Ambulancia. ¿Y sabés por qué? Porque no se sabía la letra y fumaba habanos todo el tiempo. Me impactó.

–¿Sueñan con casarse, la fiesta y el vestido blanco?
Griselda: No soy del estilo Susanita. No me interesa el casamiento.
Carla: A mí me gustan las fiestas, pero no me importa una boda. Es que nos casamos tantas veces en las tiras que ya no tiene gracia. ¡La tele nos quitó la fantasía!
Griselda: Enamorada me reconozco igual que cuando tenía 18: soy como una adolescente. Pero los que cambian son los proyectos de vida.

–Supongo que quieren tener hijos...
Carla: Sí, sí, sí. Ser madre es algo muy fuerte.
Griselda: Yo quiero tener un hijo, pero no todavía.
Carla: Por eso teníamos que sacarnos las ganas de hacer una obra juntas: para que nos den los tiempos, y después ser mamás. A los cuarenta, capaz que no puedo ni tener un hijo ni me da el cuerpo...
Griselda: ¡Es el reloj biológico! Puede pasar que los planes no salgan tal como los pensamos, pero bueno, al menos lo intentamos… ¡Lo único que te pido, Carla, es que tengamos un hijo al mismo tiempo!